Uno de los insights más grande que me cayó este 2020, me imagino que por todo lo que estamos viviendo (pandemia), es que constantemente vivimos por lo que pasará después. Estamos en un lugar pensando como será la próxima aventura, o nos proponemos hacer las cosas cuando finalmente “tenga”, “vaya” o “logre”, viviendo de un ideal que en realidad, no sabemos con certeza que va a ser así.
Esto ha traído como consecuencia que nos perdamos de disfrutar de los verdaderos detalles de la vida que es donde se forman los recuerdos que conformarán nuestra historia. Esta es una de las características más hermosas que a mi parecer tiene Virgo: apreciar en los pequeños detalles la belleza de la vida.
¿Si siempre estamos pensando en el qué va a pasar, cómo podemos construir un ahora?, como en las películas de viajes en el tiempo: lo que pase en este preciso momento va a ser la consecuencia de lo que pase en nuestro futuro; por lo que, más que enfocarnos en la ansiedad de lo que nos va a traer el futuro “cuando las cosas finalmente estén bien”, preguntarnos: ¿qué estoy haciendo ahora para ese momento? Para mí, la pandemia vino a recordarnos esto.
Ahora pienso en los momentos que no me he dejado estar presente por la ansiedad de otro momento que no permitía apreciar la belleza de cada instante, y el momento que tenemos es el instante del ahora, ese fotograma que conformará el álbum de recuerdos de nuestra historia.
En los pequeños detalles se encuentra la verdadera belleza de la vida: en una risa, una palabra, el viento en nuestro rostro, la naturaleza posando para nosotros, la música, el arte, la compañía, la inspiración, las dolencias que nos transformarán… en fin, en este texto no me alcanzaría nombrar todos los detalles que hacen de la vida un lugar especial.
Con amor desde mi Luna, Pao en la Luna
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