Una de las películas de terror-suspenso con mayor expectativas del 2018, con una propuesta diferente tanto en cinematografía y género, como en historia. “Hereditary” o como en español se conoce: “El legado del diablo”, es cautivadora. Un filme rico en contenido gracias al lenguaje simbólico que maneja, con un trabajo cinematográfico impecable y con bastante profundidad en la construcción de cada personaje que hace difícil la tarea de saber por dónde empezar para hablar de ella.
Escrita y dirigida por Ari Aster, la película comienza con la muerte de la matriarca de la familia Graham, a raíz de eso empiezan a surgir eventos extraños en el núcleo familiar y es cuando la película empieza a jugar con el espectador. Cuesta definir lo que realmente ocurre, si es un sueño, un trastorno psicológico o si, en efecto, es un evento sobrenatural que cambia la vida de cada uno de los personajes.
A nivel psicológico-actoral está muy bien manejada, con reacciones inusualmente reales. Se muestra en cada personaje todos los procesos emocionales que el ser humano puede atravesar ante una pérdida. Annie (Toni Collette), la mamá, lleva prácticamente toda la película en sus hombros que da como resultado un trabajo actoral espléndido (una lástima que no fue tomada en cuenta como Mejor Actriz para el Oscar, fue una de las mejores actuaciones de ese año), con un pasado de eventos catastróficos en su familia nativa que forjan su personalidad y también, podemos ver como una madre, desde lo más profundo, lidia con la pérdida de su hija, hundiéndose en el hecho. El hijo Peter (Alex Wolff), es un adolescente junkie que vive en su mundo, o mejor dicho, en su mundo condicionado. Su vida da un giro tras lo que le toca vivir y en estado shock evade lo que sucede, con una reacción impactante y, a su vez, bastante certera. Charlie como cast juega el papel perfecto para su personaje, deja una sensación extraña de incomodidad y rareza en los espectadores. El papá, Steve (Gabriel Byrne), hace el papel del mediador que al final de tanto aguantar termina desestabilizándose emocionalmente. El tema de los secretos es bastante notorio desde el comienzo, tanto así que, como familia, es lo que los lleva a su propio detrimento. La película es una cátedra de Complejo Materno.
Cinematográficamente hablando tiene un sentido, con un guión bastante redondo haciendo que el espectador se sumerja en una atmósfera de sueño que se logra mantener consistente hasta el final. Tanto en los diferentes espacios que por separado no tienen nada que ver, pero en este caso se denotan como uno; como por la historia. Por ser una buena obra onírica logra engatusar y envolver en su encanto, y hace que cada vuelta de tuerca impacte sorpresivamente. La Edición de la película juega un papel espléndido, cortes y cambios de planos inteligentes que hilan la historia y suman al ambiente de la película, dando como resultado una experiencia visual satisfactoria. El Sonido es el protagonista, hiperrealista, no se necesita de jumpscares para mantener el susto y la tensión. La Fotografía es impecable, encuadres limpios y diferentes, con fotogramas para la historia. La Dirección de Arte suma de una forma enriquecedora al tema de la película, se maneja casi a la perfección todo el lenguaje ocultista: imágenes simbólicas presentes a lo largo del filme, runas, nombre de los demonios, simbología, la posición de los objetos y de cada persona tienen un sentido. Un montaje limpio y a su vez, rico en contenido.
En fin, “El Legado del Diablo” es una película inteligente que marca un hito en lo que se ha hecho en el género de terror en los últimos años. Si bien no es la más terrorífica, puede parecer extraña e incomprendida pero, en lo personal, eso mismo es lo que la hace especial. El Director plasma su visión y esta película tiene una impronta bien marcada, es diferente, rompe patrones, casi que recuerda al cine de culto que en su tiempo también fue incomprendido. No pienso que llegue a los talones de “The Shinning” de Stanley Kubrick, como muchos la catalogan, pero sí hay que aceptar que puede que quede catalogada como lo nuevo del género del terror de nuestro tiempo y que, por supuesto, va a ser difícil de olvidar.
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