La infusión de Manzanilla ha sido un descubrimiento para mí y que me aniquiló el prejuicio completamente. Para nadie es un secreto que cuando uno estaba en el colegio, o nuestra propia abuelita, cualquier dolor que nos llegaba la solución era la manzanilla, literal, para todo. Yo por rebelde nunca quise tomarlo y asumí que no me gustaría. De un tiempo para acá me reencontré con esta infusión, decidí darle la oportunidad y, por supuesto, me cayó la boca. Finalmente entendí porque nos la querían dar para todo.
Desde mi experiencia la manzanilla es un super analgésico, hasta mejor que cualquier pastilla. Ha sido mi fiel compañera en los temibles dolores de vientre, de barriga y cualquier malestar estomacal. Además, cada vez que lo ingiero llega a mí una sensación de calma. Y no es para menos, esta bebida natural hecha a base de la flor de manzanilla tiene múltiples beneficios, contiene propiedades antiinflamatorias, antialérgicas, antibacterianas y sedantes. Posee buenas ventajas digestivas, calma la pesadez y hasta casos de úlceras o gastritis. También, ayuda a tratar afecciones respiratorias como el asma, el resfriado, la fiebre alta y bronquitis. Y si el insomnio suele ser tu fiel compañero, esta infusión es un gran aliado a la hora de conciliar el sueño.
Todo tiene su luz y sombra, el consumo excesivo de la misma puede ocasionar náuseas, vómitos y mareos. Tampoco se recomienda ingerirlo durante el embarazo. Pero en fin, si eres prejuicioso como yo, y no quieres probarlo, por miedo o solamente por querer llevar la contraria, déjame decirte que las abuelas siempre tienen la razón y este ha sido mi gran descubrimiento de bienestar en este año.
Comments