Los Arquetipos representan patrones de conducta: imágenes que nos son afines a todos como colectivo independientemente de la cultura, país o raza. En el caso de la madre -aunque cada uno haya vivido lo materno de forma diferente- sabemos que como imagen es la que nos nutre, cuida, da seguridad y sustento psíquico. En la Carta Natal la podemos ver representada por la Luna. Ella encarna nuestras emociones más profundas y necesidades inconscientes, nuestros instintos, sostiene la vida, lo que nos nutre, hace sentir seguros y nos mueve sin darnos cuenta. Es la polaridad femenina de nuestro sistema: ánima, emoción, receptividad, misterio, inconsciente, oscuridad, la madre… mejor conocida como la Madre Cósmica. Conocer nuestra Luna natal nos ayuda a entender nuestras emociones más profundas, esas necesidades, que por ser inconscientes, no nos damos cuenta que existen. Parte de nuestras frustraciones pueden venir por ese desconocimiento y el no saber lo que realmente queremos. Nos ayuda a entender también, la relación con mamá, la forma en cómo la vemos, sentimos que nos nutre y da amor. Este Planeta (en la astrología se le dice Planeta) es bastante misterioso y llegar a comprender cómo se mueve en nosotros, a profundidad, es un trabajo de vida. La Luna se modula de forma diferente en cada individuo, depende del Signo en dónde esté, el área de la vida (casa astrológica) y las interacciones que tenga con los otros Planetas. Por eso, las personas no comparten las mismas necesidades, emociones, ni vivencias con lo materno. Es importante saber esto, para así entender cómo cada individuo da la emoción y espera recibirla. Es uno de los Planetas más importantes de la Carta Natal porque una vez que empecemos a nutrir nuestra Luna natal, entendamos nuestras emociones y sanemos nuestra relación con lo materno, podremos actuar de forma coherente, estar más tranquilos y ser más amables con nosotros mismos.
La Luna: Madre Cósmica
Actualizado: 16 abr 2020
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