“El gran pez”, como se le conoce en español, es una película del año 2003, basada en la novela “Big Fish: A Novel of Mythic Proportions” de Daniel Wallace. Dirigida por Tim Burton, escrita por John August y protagonizada por Ewan McGregor, Albert Finney, Nilly Crudup, Jessica Lange, Marion Cotillard, Alison Lohman, Steve Buscemi, Helena Bonham Carter y Danny DeVito.
Debo confesar que la vi ya de grande, siempre había estado en mi bucket list, pero por distintas razones la pospuse. Cumplió con mis expectativas al 1000%: los colores, la fotografía, el soundtrack, la forma en como está contada, el aspecto fantasioso y psicológico crearon una atmósfera de ensueño que me dejó con ganas de escribir de ella.
La trama va de una relación turbulenta entre padre e hijo. El papá, Edward Bloom, siempre cuenta historias de su vida con características fantásticas y su hijo, Will Bloom, está cansado de escucharlas. Para él, carecen de veracidad y le hacen sentir que no conoce nada de su padre. Tras la enfermedad de Edward, Will está determinado a conocer la verdad sobre él, y por qué estuvo ausente en su infancia.
A medida que transcurre la historia, vemos en pantalla la vida de Edward Bloom y cómo decidió llevarla. Desde pequeño, gracias a un problema de rodilla, se dijo a si mismo que iba a ser grande y así vemos, en metáforas visuales, cómo se cumple todo lo que se propone con la ayuda de sus personajes fantásticos -no tan fantásticos-: una bruja que te muestra la forma en como vas a morir, un gigante, un circo, un pueblo escondido, unas gemelas que están pegadas, una mujer desnuda que simboliza al pez gigante en el lago. Al final, Will se da cuenta que siempre lo que le ha molestado de su padre es que se ve reflejado en él. Es un contador de historias, pero su problema es estar bastante anclado a la realidad. Su padre le enseña que solo hace falta un poco de fantasía para hacer volar la imaginación, mostrándonos que el problema no son las cosas que nos pasan, sino como decidimos llevarlas.
Edward Bloom, cuenta las historias tantas veces que se convierte en ellas y esa es una forma de hacerse inmortal. Por eso, no podemos dejar a un lado quiénes somos, es nuestro trabajo de vida y, al final, es lo que dejaremos en este plano terrenal. Nuestra vida debería ser, nuestra historia favorita.
PELÍCULA EN LA LUNA
Con esta sección de Pao en la Luna quiero dibujarles a cada Signo como Arquetipo para que puedan visualizar sus potencialidades y en esta increíble película podemos ver una de las características que representa Piscis. Piscis es el Signo del 99% (todo lo que está más allá del 1%: nuestra realidad), lo etéreo; en él encontramos el mundo de las imágenes, la profundidad del inconsciente, nuestra capacidad de volar con la imaginación y el mundo de la fantasía es de este Signo. Big Fish va de esto, de cómo podemos cambiar la perspectiva de nuestra vida con solo hacer volar nuestra imaginación porque el problema no son las cosas que nos pasan sino, cómo decidimos llevarlas. Cómo a través de las imágenes podemos llenar de color la vida de otras personas. En Will (el hijo) vemos reflejada a una persona que está tan anclada a la tierra que el exceso de realidad lo llenó de frustraciones y que solo necesitaba un poco de esa agua (explorar su imaginación) para poder fluir con su arte. Fun fact: una de las imágenes de Piscis es el pez. Todos los Signos tienen su lado luminoso y su lado sombrío por eso es importante conocer al Arquetipo para ver cómo podemos trabajar todas sus potencialidades y el cine es un excelente lugar dónde podemos ver situaciones que nos amplifican las características de los mismos.
Las imágenes impactan a cada individuo en su inconsciente de una forma diferente y por eso los invito a verla, más allá de lo hermosa que es. Tal vez, este no sea el trabajo mas alocado a nivel visual de Tim Burton, es bastante sutil. Pero como siempre, te sumerge en esa atmósfera onírica de la cual no puedes despegar los ojos y hasta sientes que formas parte de las fantasías de Edward Bloom, durante y después de la película.
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